En el panorama dinámico del comercio mundial y la dinámica de los recursos, América Latina se encuentra en una posición fundamental, abasteciendo al mundo de una miríada de materias primas. No obstante, a medida que el mundo sufre un cambio de paradigma hacia prácticas sostenibles y la transición verde gana impulso, la abundancia de minerales críticos en América Latina enfrenta un escrutinio sin precedentes. Esto presenta una oportunidad significativa para la colaboración entre América Latina y Estados Unidos, particularmente en los ámbitos de minerales críticos, desarrollo de infraestructura y sustentabilidad.
América Latina toma una posición de liderazgo a nivel mundial en el dominio de Minerales Críticos, confiando en recursos importantes como el Litio y el Cobre. La demanda de minerales esenciales para las tecnologías bajas en carbono sigue siendo insaciable. Es por ello que la región destaca como un proveedor global indispensable en este dominio.
Cuando se trata de metales para baterías, Bolivia contribuye con estaño, crucial para soldar en componentes eléctricos, y Brasil gobierna la producción de grafito, otro metal esencial. El potencial para nuevos descubrimientos es alto, considerando que Brasil es una región muy sin explotar, con sólo el 30% del subsuelo brasileño que ha sido objeto de exploración. No obstante, las abundantes reservas minerales de la región solo pueden explotarse adecuadamente una vez que se cuenta con una infraestructura robusta, a la que se unan profesionales disponibles y capacitados, y una normativa integral alineada con los objetivos de sustentabilidad y el contenido local. Superar estos desafíos es crucial para que América Latina desbloquee todo su potencial en el mercado global.
Las tensiones geopolíticas del país han hecho que otros países tengan la mirada de una zona más neutral para sus inversiones. Estados Unidos, reconociendo la importancia estratégica de asegurar minerales críticos, ha tomado medidas legislativas a través de su Ley de Reducción de la Inflación. A partir de 2027, el 80% del valor de mercado de los minerales críticos utilizados en las baterías EV (vehículos eléctricos) debe extraerse o procesarse dentro de suelo estadounidense o dentro de sus países socios del tratado de libre comercio. Estados Unidos, que enfrenta una dependencia significativa de China para el suministro de minerales críticos, busca diversificar de manera intensiva sus fuentes, haciendo de América Latina un destino atractivo para los inversionistas estadounidenses.
A pesar del prometedor escenario, varios desafíos se interponen en el camino de desbloquear todo el potencial de América Latina en colaboración con Estados Unidos. La falta de inversión suficiente en el sector minero, los regímenes regulatorios y de permisos subdesarrollados y los conflictos con las comunidades locales presentan desafíos formidables que incluyen:
Es esencial que Estados Unidos navegue por las negociaciones y se involucre rápidamente con el mercado, ya que retrasar tales acciones podría dar lugar a la pérdida de oportunidades de prosperidad. Al comprometerse estratégicamente con las ambiciosas Iniciativas Verdes de Chile, Estados Unidos no solo puede contribuir a los objetivos ambientales globales, sino también aprovechar oportunidades lucrativas para el crecimiento económico. Iniciativas Verdes de Chile muestra el compromiso de la Nación: navegar por el camino hacia la neutralidad de carbono Chile, un actor clave en América Latina, se ha fijado metas ambiciosas en su búsqueda de la sustentabilidad. El país aspira a ser la primera nación en desarrollo que logre la neutralidad de carbono para 2050 como se comprometió en la Acuerdo de París. Este objetivo implica absorber tanto CO2 como produce, resultando en un impacto ambiental neto de cero para 2050. En el Informe Bloomberg Climatescope 2020, Chile está clasificado como el país con mejores oportunidades para desarrollar proyectos renovables. Con sus ricos recursos naturales, Chile tiene un enorme potencial para convertirse en el principal país de energía renovable en América del Sur.
Al extender el apoyo en el desarrollo de infraestructura, superar los desafíos regulatorios y fomentar la educación y la participación de la comunidad, Estados Unidos podría mejorar su propio acceso a minerales críticos y, al mismo tiempo, contribuir al crecimiento sostenible de América Latina. Para que esta colaboración prospere, se debe llegar a un punto de convergencia donde los intereses de Estados Unidos se alineen armónicamente con los de cada nación latinoamericana. Las negociaciones deben llevarse a cabo de manera justa, asegurando que todas las partes interesadas, incluidas las comunidades locales, obtengan beneficios equitativos. Es imperativo que la colaboración entre Estados Unidos y América Latina se base en principios de equidad, sustentabilidad y prosperidad compartida.
La colaboración entre América Latina y Estados Unidos en minerales críticos, infraestructura y sustentabilidad marca un momento crucial en el panorama económico mundial. La riqueza de recursos de América Latina y el imperativo estratégico de Estados Unidos para asegurar una cadena de suministro diversificada crean una relación simbiótica. Superar los desafíos en materia de inversión, regulación, educación y relaciones comunitarias no es solo una oportunidad sino una necesidad para un crecimiento sostenible. Una vez que ambos colaboren, América Latina y Estados Unidos deben navegar por el camino considerando las implicaciones futuras, asegurando que los beneficios se extiendan más allá de las ganancias económicas y proporcionen preservación ambiental, equidad social y prosperidad a largo plazo. El viaje hacia el crecimiento sostenible es compartido, donde la colaboración, la negociación y el compromiso con objetivos comunes allanarán el camino para un futuro más brillante para ambas regiones.